La segunda ley dice que
"solamente se puede realizar un trabajo mediante el paso del calor de un
cuerpo con mayor temperatura a uno que tiene menor temperatura". Al
respecto, siempre se observa que el calor pasa espontáneamente de los cuerpos
calientes a los fríos hasta quedar a la misma temperatura.
La segunda ley de la
termodinámica da, además, una definición precisa de una propiedad llamada
entropía (fracción de energía de un sistema que no es posible convertir en
trabajo).
Para entenderla, la
entropía puede considerarse como una medida de lo próximo o no que se halla un
sistema al equilibrio; también puede considerarse como una medida del desorden
(espacial y térmico) del sistema.
Pues bien, esta segunda
ley afirma que "la entropía, o sea, el desorden, de un sistema aislado
nunca puede decrecer. Por tanto, cuando un sistema aislado alcanza una
configuración de máxima entropía, ya no puede experimentar cambios: ha
alcanzado el equilibrio" (Ver: Procesos reversibles e irreversibles en la
Naturaleza).
El cero absoluto
implicaría falta total de movimiento atómico.
Como la entropía nunca
puede disminuir, la naturaleza parece pues "preferir"’ el desorden y
el caos. Puede demostrarse que el segundo principio implica que, si no se
realiza trabajo, es imposible transferir calor desde una región de temperatura
más baja a una región de temperatura más alta.
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